20 de octubre de 2008

Hoy es un día Azul

Hoy es un lunes azul, un día para tomar decisiones difíciles, viscerales, terribles, radicales y espantosas, pero decisiones que son por el bien de muchos que desconocen la actividad de pocos.


Hoy es un día lleno de azul pero no de ese azul que inspira a los poetas, ni del azul que ahoga a los cielos, es un día en el que sentarse a discutir con el vacío es necesario, un día que quizás ya se ha vivido en tiempos de atrás.

Pensar es cuestión de acomodar las neuronas y vacilar en varios intentos de supervivencia, intentar ahogar las palabras y hablar con mesura, paciencia para digerir las noticias del cotidiano horario, momentos que se guardan en un bolsillo roto, monedas que caen y pagan el barato suspiro de la soledad, emociones encontradas y dudosas, emociones que nos hacen humanos y mundanos pero que no nos degeneran.


Nos reverenciamos en un abrir y cerrar de ojos, dejamos en el ego ese orgullo escondido que nos inspira a escribir, a pintar de azul el dolor y dejar en el verde el olvido de otros, números que no dejan en calma los pensamientos, deberes pendientes que no se sellan ni motivos que se guarden en el sombrero.


Sin aire y sin ganas de festejar, se fue el tiempo con la experiencia a su lado, alrededor de la soledad sentimos el festivo hedor de otros, de la mirada clandestina de los minusválidos, de esas vísceras exageradas de la memoria que dan pulso a la razón, hoy quizás por ser azul es que atropellamos en el escrito de forma ridícula, ofendemos al lector con secretos que no están publicados, pero publicamos en el lector el azul incierto de nuestra incertidumbre.


Hoy es un día de tomar decisiones, hoy es un azul que no vale la pena observar, hoy por hoy quedamos a la diestra de la soledad, sin padres y sin razones.

AV.

17 de octubre de 2008

MISIÓN CUNDINAMARCA PARTE IX



Hoy después de 3 meses siento de nuevo ese pulso, siento ese empujón que me subasta las ideas y me las enloquece con recuerdos, siento la brisa seca de hace diez años, siento ese fuerte calor que en las noches se calmaba con cerveza Águila, sí, siento correr las aguas con mayor cercanía, me observo en ese cielo despejado y claro, me camino y en círculos de memorias y en palabras de otros, siento nuevamente mi propia Misión Cundinamarca.

Terminal de Transporte de Girardot. Diego Luis camina de lado a lado junto a Marco, uno de mis amigos de infancia girardoteña, nos cerramos el paso con carcajadas y nos bebemos más de lo mismo, Ricardo callado sigue detrás con el niño Kevin, todos en juego de palabras continuamos y nos encerramos al aire libre. Difícilmente puedo recordar algunos hechos, mi memoria merodea con espasmos de locura, quizás porque mi misión al fallecer mis abuelos ya no es sobre las vivencias en la calle 20 de Girardot, no, ahora es quizás un péndulo de recuerdos y nostalgias.

Después de morir mi abuela Olga y los Vargas tomar rumbos distintos, la casa grande que ya no era tan grande se cercaba tras sus rejas azules y relataba mentiras mezcladas entre Olaya y Ávila, merodeábamos sin cesar entre escalones de madera, ventanas de madera y secuelas de licor siguen en la familia, pero mis historias de calles infantiles o de adolecente no son en sí un nudo que narrar, es quizás por ello que Girardot se selló en mi memoria, porque después de 1999 todo era otro andar.

Salimos para Ibagué en el Bus de las ocho de la noche, mi tío Diego se despidió de los muchachos mientras yo simplemente observaba esa vieja terminal y me subía al bus, no sabía que era la última vez que los vería, sólo pensaba en irme con mi tío a Ibagué y comenzar quizás aventuras o relatos pasajeros, pero jamás pensé que sería mi último Bus de retorno al Valle del Cauca, ya no regresaría más a Girardot, no lo tenía claro aún.

Colombia continúa en procesos de conflicto, la zona de distención ha dejado de existir y las Fuerzas Revolucionarias siguen plagiando civiles en las carreteras colombianas, Jaime Garzón moriría al mes siguiente de mi viaje a Ibagué y la Casa Grande dejaría del todo de ser grande, mi tío Fernando tomó rumbo a Estados Unidos siguiendo un sueño americano que Cundinamarca no le pudo ofrecer, Juan Carlos Vargas ya tiene dos hijas, una adoptada y otra en brazos, su nombre: Tania Vargas.

Borro de mi memoria los últimos rezagos de una infancia sobre el río Magdalena, ahora, pisando tierras tolimenses comienzo otro tipo de aventuras, expresamente comenzaba a escribir mis primeros relatos serios, ya no me basaba en ficciones sino en desilusiones. La casa de los Ávila en Ibagué recibió a un Diego desempleado y un Armando escapado, vivimos cerca de mes y medio en esa casa, el éxito de la época estaba ahora en manos de Noelia, mi desespero se encuentra cercado por una ciudad que no identificaba; comencé a trabajar en Bavaria como supervisor de entregas, la mayor parte del tiempo lo pasaba en las bodegas del centro de la ciudad observando la entrega de los camiones a la central, ganaba quince mil pesos a la semana, poco y mucho, poco para mi tiempo, mucho para mis desocupaciones.
Semanas después comencé a trabajar directamente en los camiones y con un fuerte lazo de amistad con Gerardo, un conductor de Bavaria, realizamos las entregas en las tiendas y bares de la ciudad, viajamos a El Espinal, Melgar y Tocaima, la mayor parte del tiempo lo pasábamos hablando de mujeres, ese descubrimiento sexual que se sellaba en el viaje anterior.

Regresé a Cali a continuar mis estudios, viajé a Bogotá a iniciar mis estudios superiores, regresé a Cali a continuar mis estudios, pero Girardot ya no era tema de conversación en la Familia Vargas, la casa y la descendencia recaía en Rocío y Juan Carlos.

Nuevamente la Casa Amarilla quedó sola, sin abuelos, sin viajeros, sin huéspedes, ahora era una casa llena de concreto y recuerdos, recuerdos que se esparcieron de mi memoria.
Los viajes habían terminado.

AV.

16 de octubre de 2008

Mi Historia Interminable



Imagen tomada de: http://cricketdiane.files.wordpress.com/2008/02/2-11-08-aceo-sea-cat-cdcp08-acrylic-mat-2b.jpg


<"La Fantasía no es una forma de evadirse de la realidad, sino un modo más agradable de acercarse a ella"> Michael Ende.




Esta es mi historia interminable, mi relato.



Los libros llegan a nuestras manos de manera extraña, se quedan y se impregnan con mensajes que de algún modo son incomprensibles, historias que se relatan basadas en personajes inexistentes, relatos que narran acontecimientos históricos, historias que permanecen en memorias y tiempos remotos. Estos libros son como los amigos, no todos son iguales, y a cada uno le aprendemos algo, o inclusive le robamos ese tris de esencia humana.


Para esta temporada las cosas andan complejas, encerrándome en distancias y silencios, esos silencios que gritan desesperadamente, inclusive distancias que cierran puertas y ventanas, que nos nublan en inesperadas acciones, reacciones alérgicas a cambios o a momentos que para el presente son arbitrarios, pero cuando los empezamos a observar como un recuerdo es que le damos el valor que le atañen. Vemos retirar los amigos en la distancia, pero los atrapamos en recuerdos, la capacidad de tomar decisiones nos confronta con la incapacidad de asumir condiciones, nos envolvemos en sueños prestados.

Las historias deben ser contadas y construidas, deben terminar para dar un nuevo inicio, debemos aprender a darle nombre a las cosas para darles valor, sin importar que en un pasado su nombre fuese distinto. Aprender a olvidar y volver a recordar, aprender a permanecer en esa esencia que nos dictamina la esperanza, la Fantasía de soñar con personajes extraños, personajes que dan titulares a nuestra cotidianidad.


Aquí os entrego algunos fragmentos de esa Historia Interminable que he empezado y concluido de leer, sin embargo mi historia apenas comienza, pero ésa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión, por ende...

Página 37: Bastian recuerda su relación distante con su padre, llora en memoria a su madre e intenta retroceder el tiempo para evitar la debacle, sólo se rinde ante sí mismo, y me demuestra lo prescindible de las relaciones humanas sobre la base de las relaciones familiares. Paredes invisibles que no distinguimos.


Página 44: Las decisiones de Atreyu. Comprender las decisiones de la Emperatriz Infantil y conectarlas con la pureza de un niño. Volver a lo básico quizás…


Página 62: La Vetusta Morla habla con Atreyu, el tiempo y el espacio cambian, las necesidades y las esperanzas también, pero la cura está en saber darle un nuevo nombre a las cosas, no tratar de modificarlas, solo saberlas nombrar de nuevo. Sin nombre no se puede vivir… interesante!!


Página 124: “Sin embargo, una cosa rara es que el horror pierde su espanto cuando se repite mucho…” No sobra decirlo, no sobra leerlo, no sobra pensarlo, así nos volvemos y nos envolvemos, así nos reflejamos y nos pensamos, es eso de lo que definimos soñar lo que nos hace eternos y distantes en el tiempo y el espacio, el horror de decirlo no se compara con nuestro horror de repetirlo.


Página 129: “quizás los que decían que no había fantasmas sólo tenían miedo de reconocerlo” Incesante y angosto, corto y mundano, largo como las mentiras, solitario como los secretos, los fantasmas y las letras sólo existen si las historias los convocan, antes, son solo patrañas de la soledad, letras muertas al fin y al cabo.


Página 226: “- Los caminos de Fantasía – dijo Graógraman – Sólo puedes encontrarlos con tus deseos. Y sólo puedes ir de un deseo a otro. Lo que no deseas te resulta inalcanzable. Eso es lo que significa aquí las palabras <> y <>.” La voluntad del caminante se siembra inclusive sin existir camino, esas dudas que nos llevan a lugares inciertos, o esos miedos que nos encierran en plazoletas y callejones, nuestras palabras siempre serán más poderosas que nuestras razones, aun cuando no sepamos su significado, eso es lo que realmente nos vuelve humanos, lo que nos dicta de carne y hueso. Inclusive se puede caminar y desear en silencio.


Página 275: Atreyu conversa con Bastian Baltazar Bux. Recuerdan viejas historias, narran sus ciclos y reciclan sus olvidos, allí, en medio del amor por lo narrado Atreyu descubre el olvido de Bastian, Bastian por su parte sólo enuncia la preocupación de Atreyu. La culpa se la asumen al ÁURYN, pero Bastian se la regala a la cotidianidad. Es ahí cuando nos enseña que a veces los deseos nos enseña el camino, pero nos oculta la meta, inclusive nos vuelve esclavos del camino y presos de una meta inerte.


Es difícil e imperdonable sacrificar recuerdos a cambio de presentes.


Página 319: La voluntad de Bastian cede poco a poco, se entrecruza con el miedo y se mezcla con la ambición. Xayide lo manipula con su sufrimiento y estratagema, juega con su joven poder, le ofrece orgullo a cambio de voluntad. Siempre seremos piadosos para los demás, pero para con nosotros siempre somos domadores de leones sin dientes, somos y seguiremos siendo víctimas de nuestros vacíos, esos vacíos que llenamos con voluntades pasajeras.


Página 348: La Torre de Marfil arde en llamas, muchos habitantes de Fantasía han caído bajo el ejército de Atreyu. Bastian observa al lado Xayide, sin inmutarse contempla su nuevo reino, no quiere pensar en las heridas o la sangre que ha manchado al laberinto del jardín. Atreyu lucha para vencer a Bastian y salvarlo de sí mismo. ¿Cuántos amigos reúnen ejércitos para salvarnos de nosotros mismos? Nuevamente las historias deben ser contadas en otra ocasión.


Página 369: “Bastian ya no quería ser el más grande, más fuerte o más inteligente (…) Había recibido tantas cosas en Fantasía que ahora, entre todos aquellos dones y poderes, no se sabía encontrar a sí mismo” En ocasiones nos encerramos en nuestros rumbos, los deshojamos, los mordemos, recibimos cuanto deseamos pero ahora repetíamos la historia interminable, pero no la anterior, sino una nueva, la Nada ahora no se apoderaba de Fantasía sino de Bastian, cuantos días no hemos sido víctimas de nuestros dones y poderes, dejando atrás nuestra real y única esencia, cuanto estamos dispuestos a seguir haciéndolo.


Página 417: Todo ha terminado, Fantasía vive y Bastian vive, su padre es otro, su mirada ha brillado, el señor Koreander entiende su propia historia y comparte con Bastian la importancia de una nueva historia interminable más allá de los libros, hay muchos caminos para llegar a Fantasía.




Lección aprendida.



AV.

5 de octubre de 2008

Distancias de Octubre

En un puerto de viejos recuerdos, lleno de distancias y nubes rojas, brisa fresca que huele a amapola, amores que se quedan en espejos sucios y sin uso. Frases musicales bajadas de un servidor virtual, vida de pobres corazones en canciones de artistas argentinos, rosas de colores en cabellos olvidados, recorridos con cintas y letras en el césped, mentiras de duendes y milagros que despiertan enamoradas, llenas de vida, de distancia y mujeres que recuerdan lo importante de hablar en voz baja, de pensar en floreros sin agua y resistencias a la norma, dolores que se quedan en fuego lento, casas que quedan de puertas para la calle, futuro que se mueve de un lado a otro, todo en la distancia del fenómeno del niño, del que dicen que ha crecido sin quererlo tanto.

Sin danzar y pedaleando a gritos sobre el mar, navegando en costas desconocidas, el cielo dispuesto a dar sol a cambio de oraciones, a cambio de cuentos propios de la intelectualidad, números que se quedan en el pizarrón, en la diadema de la señorita, en la falda de la maestra, en el asiento del abuelo, en la camilla del hospital, en la pared de la infancia y en los sueños de la cama; como el crucifijo que se perdió en el parque, que se quedó sobre un banco y sobre un señuelo, fingir que todo cambia y nada mejora, fingir que estamos en agosto o que el año pasado fue mejor, fingir y resistir.
Acabar de comenzar lo que la utopía ha dado fin, desmentir las lágrimas de un triste recuerdo, patético el andar en ciclos y maravillas, en libros que despiertan en sentidos somnolientos, en distancias que se repiten y se niegan en frases de una conversación virtual y burletera, como el burdel que se burla de los recién llegados.

Mientras se aprietan los dientes y se lee la prensa, mientras el amarillismo colombiano nos da noticias de niños y niñas en crisis, mientras el ausentismo nos invita a firmar referendos y protestas, mientras los grupos de facebook nos dan ideas de qué hacer o leer, mientras las letras de la música nos argumenta el dolor, mientras las noticias nos informan de los cambios en el Cali Exposhow o alguna feria citadina, mientras seguimos siendo leyenda para nuestros sucesores, o quizás, mientras sigamos replanteando juegos y espectáculos es que nos dan la lección en distancias urbanas.
Nos preguntamos si todo está bien, si cada cosa se encuentra en su lugar o si las mujeres son las mismas todas las semanas del mes, o si la droga es la culpa de la drogadicción, si el alcohol es el culpable del año nuevo, si la religión nos permite o nos impide, si todo es sinónimo de abundancia, si egoísmo es antónimo de soledad. Queremos tener culpas para seguir sin mirar atrás, somos hijos de la telenovela, de esa década ajena que nos aventó en la lectura de periódicos y publicidad gratuita, sin más anda nos vamos por andamios de edificaciones en construcción, en escuelas en modernización y partidos sin dirigentes.

Nos proponemos un silencio como mecanismo de defensa, nos medimos con regaños y regalías, con derechos prósperos y divinos, buenos amores, buenos licores, buenas lociones, buenas lecciones, nuevas habitaciones, no queremos olvidar ni callar, no queremos perdonar pero sí que nos perdonen, pedimos ser olvidados en listas particulares, en canciones dedicadas y recitales patéticos.
Nos aferramos a esos meses que nos miden en imposibles nostalgias, nos hacemos los de la vista gorda en tiempos de dieta, nos mortificamos por cosas que no son propias de la madurez, no visitamos a esos ingratos que nunca nos llaman, no le escribimos a esas musas que nos inspiran en tiempos de crisis, sólo nos dedicamos a festejar dolores y curas para las heridas, jugamos a la poligamia en rondas infantiles, en esas soledades compartidas sin amor, en esas letras blancas, en el obituario de toda canción.

Octubre me dijo que era hora de leer y caminar, pero aun quiero seguir escribiendo.

AV

3 de octubre de 2008

Perpetuo Cotidiano



Sentado escuchando lo nuevo de Ricardo Arjona, con un dolor de muela que me recuerda mi existir, con la respiración entrecortada y abstemio de fumar, miro ese sentimiento perfecto de dolor y melancolía. Las cosas con el paso de los días comienzan a tornarse difíciles, pero se resumen en retos interesantes que van forjando ese carácter vacío que duele en el tiempo, que se esconde en cuentagotas de miedos, en esperanzas de largo plazo, en sonidos húmedos y autoritarios.


Septiembre se fue, no dejó nada, solo empujones y zapatos sucios, noticias normales y curriculares, llenas de urbano consumo, lleno de fingidos y tiempos dolorosos, se fue para recibirme octubre con dolores físicos y emocionales, se vienen a mi parecer las cuatro semanas más exigentes del año, no las más importantes, pero si las más duras e inmaduras.


Miro mi trayecto en letras escritas en silencios sucesores, en creencias y disturbios sin sonido. Libertad de pensamiento que castiga sin justa causa la libertad de movimiento de mis obligaciones y relaciones, ahora el querer no es sinónimo de poder, ni tener es alquimia de adquirir, ahora venimos a pensar en un blog que se queda en el ciberespacio narrando plataformas de lo increíble que acontece en el mundo real, problemas de cambio en tiempos de letargo; pensarnos ahora este trayecto y recorrerlo sin queja alguna, motivarnos a distinguir entre una cosa y dos más, bebernos hasta la última copa de argumentos y saciarnos del amarillismo de la prensa, de una casualidad que se amontona en olvidos, lo que se calla se hereda.


Sentado con las notas del dolor mito los mitos y los documentos, identifico vacíos, miro escondites y escudriño en sus agujeros, querer y perder se cruza en los problemas de los otros, este tiempo ha sido constante, continuo, ingrato, auditivo, sonoro, mudo, han sido tiempos de concreto y agua, de manecillas que giran a la derecha pensando en la izquierda del tiempo, miro y observo, recuerdo esas letras del ayer, esos sueños que nos dijeron era el revés del futuro, el tiempo en segundos y en imprevistos, soledad al fin y al cabo, no le pidamos al amor que solucione los problemas que traemos desde solteros.


Venganza de gatos, luna para locos, hogar de historias y pensamientos sacados de la memoria, esa honra que nos metemos en el apellido y vagamos para dar adiós al mes de los silencios y la expectativa del que llega, jugar a ser grandes, como el tren que se quedó en el magdalena medio, el vapor que se fugó a los cielos sobre el majestuoso río Magdalena, como El Tiempo que ya no existe sobre la Jiménez, como el reloj que se perdió en el Bus o la esquina que no me vio partir.




No hay peso sobre la espalda, sólo hay esperanzas sobre el lomo, la sal se cae y nos identifica en un mar de celos, nos robamos el jugo del amor, nos dejamos embriagar por esas palabras de conversaciones de gatos, nos escapamos cuando más nos necesitan, nos dejamos convencer por los argumentos del periodismo sensacionalista y no por los hechos del pasado.


Quiero y deseo, ¿y vos?



AV